Puede ser cualquier cosa, desde trastornos autoinmunes como Hashimoto o lupus, hasta infecciones crónicas como el virus de Epstein-Barr, o incluso afecciones intestinales como el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) o el síndrome del intestino permeable. Estas enfermedades suelen pasar años sin diagnosticarse, lo que deja a las personas frustradas y agotadas.
Signos comunes a los que debemos prestar atención:
- Fatiga constante a pesar del descanso
- Niebla mental y lapsos de memoria
- Malestar digestivo o hinchazón
- Brotes o erupciones en la piel
- Cambios de humor o ansiedad
- Sensibilidad a alimentos o productos químicos
- Sentirse “raro” pero no saber por qué
¿Qué puedes hacer?
- Comience a realizar un seguimiento diario de sus síntomas
- Busque profesionales de la medicina funcional o integrativa
- Edúquese: el conocimiento es poder
- No ignores tu intuición: si sientes que algo está mal, probablemente lo esté.
- Únase a grupos de apoyo y comunidades que comprenden su experiencia.
Esta enfermedad puede ser silenciosa, pero tu voz no tiene por qué serlo.
Mereces respuestas. Mereces apoyo. Mereces sentirte bien de nuevo.