La fidelidad no se limita a una definición estricta; también abarca la lealtad, la coherencia entre palabras y acciones, y el respeto por los compromisos adquiridos. Una mujer fuerte sabe que la confianza rota deja profundas cicatrices, y protege este valor con fervor.
Libertad, siempre
El control, los celos excesivos y la vigilancia encubierta no tienen cabida en su vida. Cree en relaciones basadas en la confianza y la libertad, donde cada uno puede ser plenamente él mismo sin tener que justificarse constantemente.
Una visión compartida
Finalmente, mira más allá del presente. Sin necesariamente planearlo todo, necesita sentir una dirección compartida, valores compatibles y un mínimo de pensamiento orientado al futuro. Una relación sin futuro termina por perder su significado para ella.
Ser una mujer fuerte no se trata de ser dura o inaccesible: se trata simplemente de haber aprendido a elegirte, a poner límites saludables y a creer que un amor digno de ese nombre debe hacerte crecer, nunca disminuirte.