Te despiertas a las 3 de la mañana empapada en sudor, con el corazón latiendo con fuerza, convencida de que tu habitación está en llamas, solo para darte cuenta de que el fuego proviene de tu propio cuerpo. Unos días después, estás en el pasillo del supermercado con la mirada perdida en tu lista, incapaz de recordar siquiera qué viniste a buscar, mientras tus vaqueros favoritos de repente parecen haberse encogido en la lavadora. Si tienes más de 40 años y estos momentos se acumulan, no te estás volviendo loca. Probablemente estés entrando en la perimenopausia, y la mayoría de las mujeres no la ven venir hasta que está en pleno apogeo. Sigue leyendo, porque la novena señal de esta lista es la que finalmente hace que todo encaje.
Por qué estos cambios parecen tan furtivos (y tan injustos)
La menopausia no llega con una invitación en el calendario. La edad promedio de la menopausia (12 meses seguidos sin menstruación) es de 51 años, pero la montaña rusa hormonal, llamada perimenopausia, puede comenzar a finales de los 30 o principios de los 40 y durar de 4 a 8 años.
El estrógeno y la progesterona comienzan su descenso lento (a veces drástico). Estas hormonas solían mantener la temperatura, el estado de ánimo, la memoria, el metabolismo e incluso el buen funcionamiento de los tejidos vaginales. Cuando bajan, todo lo que antes controlaban empieza a funcionar mal.
La Sociedad Norteamericana de Menopausia afirma que hasta el 80 % de las mujeres experimentan síntomas, pero tres de cada cuatro se sienten completamente desorientadas. ¿Te suena? Aquí tienes las nueve señales que tu cuerpo intenta enviar, empezando por la que te impide dormir.
9. Sofocos y sudores nocturnos: tu ola de calor personal
Sarah, de 49 años, salió disparada de la cama empapada, con las sábanas retorcidas, pensando que tenía fiebre, hasta que volvió a ocurrir la noche siguiente, y la siguiente.
Ocho de cada diez mujeres experimentarán estas ráfagas repentinas de calor, según los Institutos Nacionales de Salud. Pueden durar entre 30 segundos y 10 minutos y aparecer en el peor momento posible.
¿Te pones rojo de ira en una reunión mientras todos los demás se congelan? No es que el termostato de la oficina se haya descontrolado.
8. Periodos irregulares que juegan al escondite
Lisa pasó de tener ciclos menstruales de 28 días según los libros de texto a saltarse meses por completo, y luego se vio sorprendida por nueve días seguidos de flujo abundante.
El setenta por ciento de las mujeres en la perimenopausia enfrentan este caos a medida que la ovulación se vuelve impredecible, según datos de los CDC.
¿Sigues culpando al estrés o a esa nueva clase de HIIT? La siguiente señal te afecta aún más.
7. Cambios de humor que sorprenden a todos (incluso a ti)